viernes, febrero 24, 2006

Extraño mentir

Tenés que creer cada cosa que digo
porque ya no sé mentir.
Oficio desesperado de mi ayer
en lo antes perpetuo de mi búsqueda.
Descubrí que la mentira no se va,
se junta y se agolpa enferma,
se trepa casi sin fin
a mi dulce locura.
Por eso es que desistí.
Renuncié a lo que buscaba.
Dejé de buscar y hallé
la avenida sin esquinas de lo honesto,
lo cruel que se puede ser
cuando todo se perdió.
Falsedad profesional que me seguía
como sombra sin mediodía,
melodía del pensar
que uno es uno en los demás.
Ahora la lengua tiembla
cuando se empieza a mover,
porque no recuerda cómo proceder.
Las piernas flojas, la panza muerta,
la verdad que se deshace de mi boca.
Lo más extraño
es que de todo lo que olvidé,
mentir es lo que más extraño.