el hornero, el árbol, la selva, el hombre
Cada tanto surge algo
de la niebla de su mente,
como un río de coherencia
en un mar de sinrazón.
Es la selva que domina
su corazón.
.
Se pierde muy fácilmente
en su propia turbulencia,
sin saber que entre lo verde
tan túpido de su mundo
lo que tapa siempre el sol
es un árbol,
.
que crece constantemente,
que simula el infinito,
que no quiere terminar
como todo lo demás,
una hiedra enmarañada
sin vuelo.
.
Se posa siempre en la copa
un hornero vagabundo
que no conoce más mundo
que el que tiene alrededor,
pero sueña con un trino
femenino.
.
Y si alguna vez se cruza
desde arriba con serpientes
busca algo que lanzarles
sin el más leve temor
sabiendo que nadie puede
levitar.
.
Se puede ver desde lejos
lo perdido que se encuentra
sin encontrar una guía
que le muestre el estupor
que generan sus acciones
al mundo.
.
El tema es que el hornero,
el árbol, la selva, el hombre
de la mente confundida
pero más sabia que todo,
no busca su salvación
jamás.
.
AMARO EFTIMIO
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