Rocío
Para poder escapar
de la furia palpitante
de las calles sin un mar
hace falta un solo instante.
Para ponerse a pensar
qué nos falta en la rutina
donde todo siempre es par.
Nos hace falta una mina.
Que nos diga que está bien,
que la guita se va y viene
sin pegarse uno en la sien
un buen tiro como un nene.
El tema es que la mujer
como cualquier bicho extraño
se deja dejar querer
después de pasado el año.
Y un buen día dice "basta"
para pasar a otra cosa
con lo poco que le cuesta
conseguir un par de rosas.
Y los logros de una vida
se escapan por el vacío
más que de furia, suicida
que dejó al irse Rocío.
No la quiero ni la quise
me trato de convencer
pero no entiendo qué dice
un sombrío pensamiento
que me ronda la cabeza
desde aquel día tan lento.
Son las ganas que no rezan
por ir a un lugar mejor
sino por estar con ella.
AMARO EFTIMIO
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